Con una desagradable mezcla de pena y tristeza, los traigueninos vemos día a día como nuestra ciudad se transforma en un paraíso para la delincuencia.
El hecho concreto es un secreto a voces que las autoridades se han esmerado en ocultar. Sin embargo, las víctimas son el crudo testimonio de hechos gravísimos de delincuencia que en la más absoluta impunidad se dan en nuestra ciudad.
Robos de vehículos, motos, bicicletas, asaltos a mano armada, hurtos, violaciones, “portonazos”, etc. son ya hechos indesmentibles que al parecer se instalaron de forma definitiva, rompiendo la tradicional calidad de vida de nuestra vecindad. Todo ello dada la persimibilidad otorgada por la administracion local, sus argumentos: «no nos corresponde, no tenemos plata para ESO»
Más de alguna autoridad hace unos meses comentaba que los hechos delictivos sucedidos en nuestra ciudad eran producto de las visitas de gentes o delincuentes que venían de otras partes y los medios de comunicación radiales locales, respaldan la tesis . Ahora lo cierto es que esto queda absolutamente desmentido ante la débil y porque no decirlo escasa capacidad policial y absolutamente nula colaboración del municipio local encabezado por el alcalde Ricardo Sanhueza Pirce y sus empleados ajenos al quehacer de nuestra comunidad. Preocupados de tapar en pintura y hermosos hormigones cada rincón posible, consumiendo el capital destinado para estos efectos por un gobierno déspota e indolente ante el sentir social. Los delincuentes son o están en Traiguén y las policías podrían dar cuenta de ello.
No es un hecho aislado la conducción de vehículos por parte de sujetos absolutamente impedidos por ley de hacerlo. No es extraño ver vehículos en circulación sin cumplir siquiera con las normas básicas como luces frontales. Los transportes de leñas sin cumplimiento de ninguna norma y menos de controles necesarios respecto de su procedencia o en vehículos que escasamente logran ser controlados por sus conductores. Circulación de personas a altas horas de la noche y peleas callejeras ya se hacen normales, pese al estado de sitio. La asistencia ante la solicitud de personal de carabineros raramente logra ser posible. Los dueños de locales comerciales deben turnarse para vigilar sus locales ayudando a la acción de la policía. Vehículos bloqueando aceras o veredas, estacionados en doble y hasta triple fila en pleno centro de nuestra ciudad. El tema de las drogas ya casi llega al límite de la instalación de locales establecidos para distribución. Mientras los tribunales intentan cumplir con los protocolos y se limitan a cumplir con la burocracia dejando en la impunidad hechos, que ante la visión civil, nos parecen absolutamente evidenciados.
Hace algún tiempo consultamos con el director del departamento de transito de la ilustre municipalidad de Traiguén y la respuesta fue y es una cita literal: “yo no puedo andar fiscalizando y citando la gente de aquí, porque soy de aquí y porque después que salgo de aquí (…oficina municipal) yo vuelvo a ser una persona común y corriente y que evitará que los vecinos tomen represalias en contra de mi persona?” … conservamos la grabación sonora del citado testimonio.
Consultado el encargado del departamento de seguridad del municipio respecto de las acciones a seguir para realizar fiscalizaciones o crear la forma necesaria para poner freno a la delincuencia y como medio de comunicación sugerimos la creación de vigilancia motorizada municipal, la respuesta fue: “no tenemos gente preparada y sale muy caro, no tenemos presupuesto”. Pero extrañamente alguien logró un millonario presupuesto para instalar cámaras de vigilancia, que aun activas, no prestan ningún servicio puntual, son de pésima calidad y sin personal capacitado para operarlas. Acompañamos a funcionarios de la SIP de Carabineros quienes observaban atentamente imágenes de figuras que robaban un vehículo en la calle 21 de mayo a plena luz del día y con absoluta seguridad ante las cámaras de “vigilancia”. La frustración de los funcionarios era evidente. sin poder identificar a los sujetos ni leer placas patentes. Las cámaras JAMAS han prestado ni un servicio o apoyo desde que fueron instaladas y carabineros desconoce su operatividad o sus responsables. Quedó de manifiesto en un operativo del cual fuimos testigos.
Ni hablar del desconocimiento absoluto y nulo apoyo a los valores culturales de nuestra ciudad. Sugerimos hace algún tiempo, el recate del invaluable sector Las Obras con su rica historia cultural, sugerimos algún tipo de monolito o reconocimiento al pueblo mapuche en nuestra ciudad que ni siquiera guarda algun nombre de sus antiguos habitantes… y absolutamente nada tiene sentido para el municipio. Si lo tiene la presentación de obras ajenas a la comunidad, pero de valores nacionales o internacionales. Traiguén tiene su propia cultura, la cual se desprecia de forma absolutamente irracional.
Consultado el propio alcalde respecto de diversas áreas que requieren de intervención o apoyo, simplemente la respuesta recurrente es “no son áreas que correspondan al municipio, son otras áreas que dependen del gobierno central o de otras instituciones, el municipio no tiene plata”.
La verdad estimados lectores es que actualmente el municipio de Traiguén y dado su accionar ajeno al quehacer de la ciudadanía, no está preocupado de las necesidades básicas, lo cual queda absolutamente demostrado con su nulo accionar ante las necesidades de salud de nuestra comunidad, nulo aporte al sistema educacional en su infraestructura, ambos factores básicos para el desarrollo de cualquier sociedad, además de la permisibilidad que ha asumido ante la creciente delincuencia.
Extrañamente si se trata de obras viales o simple maquillaje el municipio si es capaz de gestionar millonarias sumas en pasto, pintura, ampolletas y concreto, paralelamente en contratas para arquitectos, ingenieros, estudios, proyecciones y otras gestiones que inflan cada proyecto.
Hemos tenido contactos frecuentes con algunos concejales quienes abiertamente han reconocido el error del municipio al entregar responsabilidades sociales y administrativas a personas absolutamente ajenas a la comunidad, cuestión que no permite el contacto social ni el reconocimiento histórico de los vecinos, por ende, resulta un desatino las determinaciones que si bien proyectan millonarias inversiones no respetan ni van con el quehacer de la comunidad. Los informes municipales hacen ostentación cada dia de las millonarias inversiones en bisuterías para Traiguén en las redes sociales. El ultimo desatino fue la creación de baños públicos en el frontis del Liceo Lucila Godoy Alcayaga, ante lo cual la comunidad educativa debió dar paso a medidas de abierto rechazo y repudio publico, encarando al propio alcalde y rechazando su autoritaria determinación. Nadie fue informado en su momento, pero nadie acepto la imposición del municipio y este debió someterse a la decisión de la comunidad.
El profesor que conoció Traiguén como candidato al sillón edilicio sucumbió ante la política administrativa de sus supervisores partidistas, eso es un hecho y para Traiguén ya no es un secreto a voces.
Respecto de esta inseguridad y tomando en consideración las apreciaciones de algunos presidentes de juntas de vecinos, pudimos ratificar cada uno de estos hechos o denuncias de manera sólida y concreta. Nos comentó uno de estos dirigentes vecinales que incluso en algún minuto se intentó gestionar un carro policial para apoyar la presencia policial. Sin embargo, el desinterés por parte de los involucrados y el uso intencional de la burocracia, veto la acción.
Esta redacción pudo conocer en la practica el esfuerzo extraordinario que realizan algunos funcionarios policiales con recursos absolutamente limitados y en pésimas condiciones logísticas. Ya avanzada la noche durante un procedimiento en el retén móvil, los funcionarios deben hacer uso de sus aparatos celulares para alumbrarse al interior del vehículo policial, porque ni siquiera iluminación interior posee dicho vehículo, cientos de papeles guardan informes, citaciones y otros formularios. Intentamos entrevistarnos con el oficial encargado de carabineros en Traiguén y no pudimos ser atendidos, sin embargo, y consultado un sub oficial en la comisaría de Traiguén, respecto de las pésimas condiciones en que trabajan y que citamos explícitamente, con resignación y algo de impotencia comento “es lo que hay…y hacemos lo que podemos” …
La comunidad fácilmente puede comprobar que, ante llamados a los funcionarios dada alguna emergencia, escasamente pueden asistir o simplemente llegan en vehículos particulares o no llegan, argumento que esta redacción también pudo testimoniar en la práctica.
Lo cierto estimados lectores es que la excusa de nuestra autoridad local Alcalde Ricardo Sanhueza Pirce, respecto de que el municipio no tiene recursos o que no es tarea del municipio, está absolutamente errada y fuera de toda consideración, hasta parece ofensivo. No es mérito ser alcalde para manejar las platas del gobierno central y en ello desatender las demandas de la comunidad. Un municipio tampoco puede basarse en gestión exclusivamente campesina, debe administrarse considerando el bien común. Recordemos que esta administración ha invertido miles de millones de pesos gestionados a través de comisiones especiales creadas con empleados de otras comunas, para sembrar pasto, poner luces y pintar calles. Contrariamente se han gestionado cero pesos en seguridad, educación y salud, todas cuestiones básicas socialmente hablando.
Y si queremos ser más específicos, recordemos que en nuestra ciudad un establecimiento educacional particular recibió el reconocimiento de Bicentenario (dada su calidad de educación frente a los establecimientos educacionales municipales), ni hablar de las instalaciones sanitarias y eléctricas al interior de algunos establecimientos, los alumnos y cuerpos docentes, bien lo saben. No nos olvidamos de los paros o huelgas anuales que debe hacer el personal del sector salud para lograr llegar escasamente a fin de año con presupuesto para insumos, ni hablar de la fachada del hospital local o de la infraestructura interior, fatiga de materiales y escases de insumos. Ya ni siquiera es un secreto a voces y escasamente clandestino, el consumo de drogas y su lógica venta o distribución “clandestina” en nuestra ciudad. En fin, Traiguén lo sabe y lo puede testimoniar.
Lamentablemente y de manera artera el municipio se ha hecho flanquear por empleados que cumplen horario y son creativos en cuanto a lo solicitado por el gobierno central, gastar dinero. De paso gestionan la intocabilidad de su Jefe, nadie entra sin el consentimiento previo de sus empleados o sus altaneros vigilantes, mismos que si permiten con absoluta impunidad que el municipio sea ocupado o destruido, bajo la responsabilidad de la máxima autoridad edilicia.
Se requiere con suma urgencia escuchar a la comunidad, sus vecinos, sus calles, sus poblaciones, su historia. Y de paso aterrizar a las autoridades pertinentes, son electos por la comunidad traiguenina no para pintar calles, sembrar pasto, poner ampolletas y concreto, son elegidos para administrar todo el quehacer local y gestionar donde corresponda cuando sea debido y necesario, no son elegidos por el gobierno central, por ende, deben responder ante la comunidad y sus necesidades. La administración no solo pasa por darle espacio a la delincuencia y la ilegalidad so pretexto de que no depende del municipio. Y si así fuere es un problema de la comunidad y que requiere de un administrador eficiente que solucione y no que se excuse bizarramente en el Consejo Municipal, en los encargados de áreas específicas, en otras instituciones o en que “no hay plata”. ¿Si pueden “gestionarse” más de $2.000.000.000 de pesos para poner luces, pasto, cemento y cámaras inútiles, porque no pueden gestionarse similar suma para apoyar la seguridad y de paso a las policías, a la educación o la salud?… Juzgue Usted.