Orgullosos se muestran algunos administrativos políticos, dando a conocer ostentosas cifras de dinero invertidas en proyectos “profesionales” que apuntan a dar satisfacción a determinados sectores que el día de hoy, carecen de este preciado recurso. ¿Cuál es la verdad?
Miles de millones de pesos de inversión se han destinado a sendos proyectos para llevar este recurso natural, por parte del gobierno central, hasta los campesinos que hoy carecen de agua. Extrañamente la escases, se atribuye al “cambio climático” que bien podría ser una mediática respuesta.
Sin embargo, y es de conocimiento público y colectivo, este recurso no está desapareciendo por obra y gracia natural. Las grandes empresas forestales se han encargado de secar arroyos y vertientes naturales existentes desde tiempos inmemoriales. Existieron y todos lo sabemos, excepto los intencionalmente ignorantes administrativos políticos.
En nuestra comuna todos vemos cada día como el rio lleva un mínimo nivel de agua, jamás visto. El barrio las obras, muchos inviernos enfrentó graves inundaciones. Pero a su vez, todos sabemos, que las aguas del rio Traiguén son extraídas para llenar tranques destinados a los grandes monocultivos de árboles frutales en nuestra zona y que además ya no reciben los afluentes de cuencas o vertientes naturales. Sabemos que existe miles de hectáreas sembradas de árboles que exigen alto consumo de aguas. Las otrora vertientes naturales que jamás desaparecían, hoy ni siquiera muestran huellas de sus lechos. Cada uno de nosotros puede verificarlo visitando aquellas antiguas vertientes naturales y arroyos de antaño. Los campesinos, inquilinos y patrones hacían sus casas en lugares cercanos a estas fuentes naturales. Hoy, debido al abuso empresarial, donde supuestamente se produce para la comunidad (todo es producción de exportación), la casi totalidad de estos recursos naturales, fuentes naturales, han desaparecido. Esto, no es producto del cambio climático ni de las sequias naturales que se nos intenta hacer creer, esto es solo un abuso permitido por una mala administración.
Los monocultivos, no solo causan el daño de sequía, sino, también matan y destruye la biodiversidad de flora y fauna, es un hecho el uso de venenos y otros químicos destinados a eliminar los depredadores naturales, en beneficio de las producciones de los exportadores del area silvoagropecuaria.
Un seremi de gobierno, ostenta, tanto como el alcalde de nuestra comuna, de los miles de millones de pesos invertidos en “estudios y proyectos profesionales” en determinados sectores con el fin de entregar agua, un sueño anhelado por largos años por los habitantes de dichos sectores, según se explica infructuosamente. Sin embargo, la verdad es que la inversión, está destinada a minimizar el impacto de aquellas grandes empresas de monocultivos sobre los recursos naturales de nuestra zona, es decir son dineros destinados a que las mencionadas empresas puedan seguir depredando. Sin la depredación forestal el recurso natural fluía y todos sabemos que el agua es vida.
En el plano local vemos como cada día la administración política, en sendos programas radiales, destinados a alabar a sus entrevistados, nos muestran los miles de millones de pesos logrados por gestión “profesional” para ir en ayuda de los sectores rurales que se han visto afectados por la escases de este recurso. Sin embargo, en un mínimo recorrido a los sectores rurales de nuestra comuna, pudimos verificar que existe familias campesinas, a las cuales una vez en la semana, aveces, se les hace llegar 350 litros de agua, familias que además deben alimentar animales. Ante los reiterados reclamos verbales hechos por dichas familias la administración municipal la respuesta es una excusa ante la falta de recursos para el transporte y distribución de este otrora natural recurso. Pero lo más paradojal he increíble, es que la administración local si tiene recursos para regar las calles aledañas al sector urbano (…?) Tal y cual usted lo lee, al menos dos veces al día todos los caminos no pavimentados en el perímetro de Traiguén son regados para evitar la polución y no una vez, sino al menos dos veces al día… un lujo para algunos pudientes o importantes personajes o vecinos.
Cuando hablamos de la Araucanía como una zona de conflicto, fácilmente podemos encontrar las justificaciones a este tipo de acciones, que ya no es descontento, es furia. Muchas veces no compartimos la reacción, pero si la justificación de los afectados, el menos precio a las necesidades sociales y la inexplicable justificación de inversión en necesidades proyectadas por “profesionales” (…como las áreas verdes en una comuna rodeada de áreas verdes).
Como corolario al cinismo y ad portas de las elecciones los mismos de siempre nos han impedido poder presentar candidaturas provenientes de las organizaciones sociales y se han impuesto como NUESTROS candidatos… ¿la comunidad les pidió?… ¿Quién los impuso?… fueron sus organizaciones políticas a quienes sirven y quienes los utilizan como títeres al antojo de sus intereses partidistas, no son representantes sociales. ¡Ojalá tuvieran conciencia social y no obediencia debida!!
En campaña o no, el cinismo, la hipocresía tienen nombres y apellidos que, a veces, incluso invocan a sus dioses o se muestran como sus emisarios.