Con asombro e incredulidad, hemos sido testigos en los últimos días de la gran campaña y esfuerzo extraordinario del municipio, por dar a conocer, como se creó un equipo de profesionales y en tiempo récord se ha conseguido millonarios recursos para restaurar la municipalidad que fue objeto de un incendio. Hasta ahí todo pareciera ser una loable y una gran tarea asumida por nuestras autoridades de la administración municipal, Alcalde y Honorable Consejo Municipal.
En honor a la verdad y por ende a los hechos es ineludible e irrenunciable, recordar a nuestros vecinos que, si bien se ha conseguido los recursos económicos para restaurar el municipio, no es menos cierto que nuestra historia no se comprará ni se restaurará con recursos económicos. De igual forma se debe establecer claramente que nuestro edificio consistorial no fue afectado por un “incendio” sino, fue quemado por un grupo de personas ajenas a nuestra comuna y con la permisividad del señor Alcalde y de un Consejo Municipal cuya primera tarea es, otrora, la fiscalización.
Los autores del atentado incendiario fueron identificados, en los diversos medios de comunicación por el propio Señor Alcalde, quien identificó a los sujetos como «ajenos a nuestra comuna, gente de afuera» (…?), es más señaló en una entrevista a un medio radial (UFRO, Bio Bioi y Agricultura), que como Alcalde había dado “privilegio al dialogo ante la fuerza”, razón por la cual el edificio no habría sido desocupado por la fuerza.
Más tarde y bajo la presión de vecinos exaltados, finalmente el municipio fue abandonado e incendiado por “desconocidos” (…).
El edificio no fue afectado por un incendio, el edificio municipal fue quemado porque nuestras autoridades así lo permitieron, por ende, no es un logro ni siquiera mediático, que hoy nuestras autoridades administrativas locales se arroguen orgullosamente la restauración del edificio municipal. Es más, sería prudente el silencio ante la desvergonzada actitud asumida. El edificio fue quemado a vista y paciencia de nuestras autoridades y hasta hoy, no hay una investigación o persecución acuciosa de quienes atentaron contra nuestro patrimonio cultural local, mas que administrativo.
Es un secreto a voces que hubo reuniones de coordinación entre los ocupantes y algunos representantes políticos en nuestra ciudad, por ende, hay claros indicios que claramente los ocupantes pudieren ser identificados. Sin embargo, nada al respecto se ha hecho hasta el día de hoy. Pero claro está, hay dineros para pagar costos por ende quien lo estime necesario puede venir a Traiguén y quemar lo que desee pues aquí prevalece el dialogo y hay dinero disponible para reconstruir o restaurar, ese es el precedente sentado por nuestra actual administración política.
Cuando hay conflictos humanos las bases de solución deben sustentarse en el respeto mutuo y la veracidad de las convicciones de las partes, cuestiones que deben sustentarse con firmeza, principios y dignidad. Hay quienes lucharon y dejaron su sangre en las calles de nuestro país por la libertad y la igualdad en derechos, nos guste o no: “democracia”. Sin embargo, hoy, hay quienes venden desvergonzadamente nuestra dignidad y nuestros derechos por cargos y favores políticos. ¡Qué vergüenza!, ¡Que falta de dignidad!, ¡Que descaro!
Cuando se asume una responsabilidad social se debe respetar a la sociedad, no hacer prevalecer los derechos, nos guste o no, desestabiliza un estado de derecho y ello conlleva la injusticia, problemática que finalmente desemboca en conflictos de mayor envergadura. Cada quien asume la justicia en sus manos.
No es un logro municipal haber obtenido recursos para restaurar el edificio consistorial. Es una vergüenza que nuestras autoridades municipales permitieran que personas ajenas a la comuna destruyeran parte de nuestro patrimonio cultural ES UNA VERGÜENZA.
No existe motivo de orgullo ni es una tarea que Traiguén necesitara. Como dicen los comerciantes “si lo rompe lo paga”. Con vergüenza, no con orgullo porque tenga dinero, eso estimados lectores, lo hacen los matones: lo rompen y luego lo pagan, porque tienen dinero. Pero la cultura, la historia, la dignidad y los principios no se compran ni se venden.
La autoridad municipal en su conjunto, esta en deuda con nuestra comunidad. El cargo edilicio no solo se asume para dar empleo a sus correligionarios políticos, sino para cuidar los intereses comunitarios y buscar solución a TODAS las problemáticas locales, no solo aquellas cuya conveniencia arroje dividendos políticos.
Sabemos de concejales honestos para con sus electores y desde ya ofrecemos las disculpas correspondientes al hablar de autoridades edilicias y del concejo, en términos generales.