Una vez más la sociedad acostumbrada a ver y no pensar, es testigo de un nuevo atentado en nuestra comuna. Esta vez cuatro camiones fueron siniestrados y una camioneta robada, en el sector Quichamahuida, al oriente de nuestra ciudad.
La comunidad en general solo ve y condena el resultado de una acción destinada a causar terror según nuestras autoridades, pero el hecho en sí tiene ribetes mucho más allá de lo que se ve en una simple mirada.
Recordemos el conflicto del pueblo Mapuche, que el estado chileno no ha querido solucionar, no ha tenido la entereza suficiente para condenar o reconocer la postura de las comunidades de pueblos originarios y esto conlleva a que día a día seamos la sociedad quienes paguemos los costos y porque no decirlo hasta los propios policías expuestos.
Hace algunos meses las autoridades locales, en nuestra ciudad, permitieron que un grupo de desconocidos, ajenos a nuestra comuna, quemaran en la más absoluta impunidad, el edificio consistorial, nuestro municipio, nuestro patrimonio. Esto, es un precedente que claramente sienta las bases de las conductas a seguir por parte de los responsables, con la clara y absoluta permisividad de la máxima autoridad local.
Hoy fueron diversos los atentados en la región, producto de una coordinación clara y concisa. Lo que no nos están diciendo las autoridades, es que por parte de los responsables de estos hechos se está acusando públicamente una vez más el homicidio, culposo o no, del comunero Camilo Catrillanca, a manos de un comando bastamente cuestionado por la sociedad, el tristemente célebre “comando jungla”. El pueblo mapuche no ha olvidado que a dos años del asesinato de este comunero aún no hay claridad ni certeza respecto de lo ocurrido y cuando no hay justicia, ni oído a los reclamos por una seuda justicia… alguien se molesta.
La quema de cuatro vehículos forestales en Huatripio, de una iglesia en Pua, de un vehículo en Ercilla, de cuatro camiones en Traiguén, el atentado a un vehículo blindado en Collipulli, todos hechos de las últimas horas, no son un hecho aislado ni casual, corresponden a un patrón y una conducta perfectamente coordinada en respuesta a la irresponsable conducta del estado chileno.
Bajo ningún punto de vista esta redacción pretende justificar dichas conductas, tampoco condenarlas. Pero los hechos obedecen a una acción que los medios de comunicación y las autoridades no quieren escuchar y www.traiguennoticias.cl los expone de manera objetiva. Las comunidades de pueblos originarios no tienen una respuesta y se necesita urgentemente que alguien se ponga los pantalones y asuma la responsabilidad histórica de establecer con claridad y certeza cuál es o será el futuro del estado chileno frente a la presente problemática.